¿Se acuerdan del escándalo que se originó en septiembre cuando se aprobó en el Estado de México una reforma a la Ley Electoral? Seguramente la ubican como la "Ley Peña", que prohibía que los partidos hicieran candidaturas comunes en las elecciones, y en cambio tuvieran que hacer coaliciones.
Ahí les va la diferencia:
En las candidaturas comunes, dos partidos simplemente aparecen en la boleta con el mismo candidato.
En las coaliciones, dos partidos tienen que hacer una plataforma de propuestas en conjunto; entre los dos realizan un mismo plan de gobierno.
En su momento esta ley fue muy criticada, sobre todo por el PAN y el PRD que ahora tendrán que hacer en el Estado de México lo que han evitado en todas las elecciones anteriores: hacer un plan de gobierno conjunto, en el que se integren las propuestas de los dos partidos.
Por supuesto que esto es imposible, porque no se pueden reconciliar los planes de gobierno de 2 partidos que tienen posturas opuestas en todo.
Precisamente, en su momento el gobernador Peña Nieto dijo que había que impedir, de forma legal por supuesto, que partidos antagónicos hicieran un "frente común".
Y a pesar de todas las críticas que recibió, el tiempo le está dando la razón. Cada vez son más los problemas que tienen los partidos con los gobernadores producto de las alianzas - pregúntenle al gobernador de Oaxaca los problemas que ha tenido para resolver la crisis política en el estado mientras cumple con todos los tratos políticos que adquirió para la elección.
Afortunadamente para todos los que vivimos en el Estado de México, el próximo gobernador llegará al poder con una plataforma sólida, propuestas de gobierno coherentes y un proyecto que tenga como prioridad el bienestar de la gente, y no cumplir con pactos políticos hechos con el único propósito de ganar votos.
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