lunes, 10 de enero de 2011

La estrategia de Enrique Peña contra la violencia y la inseguridad

Ya lo habíamos comentado aquí; lo que distingue a Enrique Peña Nieto de otros aspirantes a la presidencia de la República es que él no es ningún improvisado en la materia. Desde hace años ha comenzado a trazar un plan de gobierno, que incluye una estrategia para terminar con la violencia en el país en un plazo de 5 años, la cual fue publicada hoy por el periódico El Universal. 


Estos son los cuatro pilares sobre los que descansa su estrategia contra la inseguridad: 
(Obviamente, el artículo es más extenso. Pueden leerlo completo aquí). 

  1.  Fortalecer la prevención para evitar la delincuencia de manera proactiva, en lugar de reactiva. Para lograrlo, necesitamos una alianza entre el Estado y la ciudadanía para reducir la desigualdad de oportunidades a través de la universalización de la seguridad social, la cual constituye una protección y un vínculo permanente entre el Estado y sus ciudadanos, así como en un sistema educativo de calidad con jornadas escolares completas, para que los jóvenes estén mejor preparados para participar en el mercado laboral, así como reactivar el crecimiento económico para generar los empleos que demandarán. 
  2. Aumentar el profesionalismo de las policías y la eficacia de las instituciones de justicia. Para ello, necesitamos una policía especializada en el combate al crimen organizado. Si bien se debe reconocer la valentía y los aciertos de nuestras Fuerzas Armadas en esta lucha, éstas no han sido concebidas para brindar seguridad pública a los ciudadanos, por lo que su misión es temporal. Requerimos de una policía que pase del simple uso de la fuerza al uso de la inteligencia y de golpes quirúrgicos a las finanzas de las redes criminales. Además, tenemos que modernizar el sistema penitenciario para que realmente reforme criminales y no los forme. 
  3. La implementación de estas medidas se debe concentrar primero en los municipios más violentos, como Ciudad Juárez. Después, en los municipios con mayor riesgo de detonar espirales de criminalidad: zonas con poca presencia del Estado y que están cercanas a la ruta del tráfico de drogas. Por último, extenderse al resto del país.
  4. Cuarto, la estrategia se debe desarrollar bajo el liderazgo del gobierno federal, pero sumando a los gobiernos estatales y municipales, así como a la sociedad organizada y partidos políticos para cimentar una verdadera política de Estado transexenal.

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